Ruta por Escocia

Mucho más que salmón y haggis (parte II)

Retomamos nuestra ruta escocesa donde lo dejamos la semana anterior (https://gastrogatos.com/blog/2018/09/14/escocia-parte-i/). Salimos de Nairn y hacemos parada y fonda en Pitlochry, precioso y diminuto pueblo que sin ser un oasis gastronómico, cuenta con algún lugar en el que pasar un buen rato.

Port-na-Craig Inn (Pitlochry)

Pequeño alojamiento, frente al teatro del pueblo, de cuyo comedor salen cosas realmente apetecibles y cuya propuesta sube muchos enteros si el tiempo acompaña y uno puede acomodarse en la estupenda terraza al borde del río. Cocina sencilla y bien hecha, desde el haggis (cómo no) hasta el salmón ahumado, pasando por un estupendo parfait de higaditos de pollo o incluso un hummus preparado con mimo. Busquen su cerveza favorita y denle un buen repaso a la carta mientras disfrutan del entorno.

The Old Mill Inn (Pitlochry)

Uno de los pocos “pubs” locales que no es sino un local polivalente en el que, según el momento del día, bajarse unas pintas, escuchar música en directo o comer más o menos formalmente. Buenos productos en preparaciones sencillas y generalmente contundentes (ojo al pollo relleno de haggis), suculentos pasteles de carne e incluso una carta de vinos decente.

Siguiendo nuestra ruta la siguiente parada es Skye, isla de naturaleza apabullante y cierta sensación de haber cambiado de planeta contemplando alguno de sus rincones. No es fácil comer bien por aquí, aunque por supuesto no es imposible.

Sky Restaurant (Skye)

Situado en el extremo noreste de la isla de Skye, en un enclave remoto frente al mar, es difícil imaginar una ubicación más idílica. Lo de “fine dining in jeans”, que es su lema, suena algo petulante. De nuevo productos “de proximidad” como la vieira, la ternera o el cordero conforman la base de su menú, en preparaciones en exceso barrocas. Solo por la impresionante ubicación y vistas les perdonamos cualquier fallo, incluso unos precios más severos de lo que correspondería.

Última parada Oban, el paraíso del marisco. Pasar allí unos días es darse cuenta de que lo nuestro (hablo del marisco) no es siempre lo mejor y que en algunos productos (ostras sin ir más lejos), este gastrogato tiene una nueva y discreta referencia “mundial”.

Eeusk (Oban)

Imprescindible. Hacerse con una mesa es una ardua tarea. Les recomendamos hacer uso de las costumbres españolas en cuanto a horarios ya que el amplio horario de cocina les facilitará la tarea de encontrar acomodo fuera de sus horas punta. Dense al marisco con fruición y si les apetece, atrévanse con esos platos enormes poblados con todo tipo de moluscos y crustáceos. Nada de cocciones hechas muchas horas antes y posteriormente refrigeradas. Les aseguro que cada bicho vendrá tibio y en su justo punto de cocción. Bueyes de mar, notables langostas y cigalas, sobresalientes vieiras, extraordinarias ostras…un espectáculo y a unos precios realmente amables.

The Green Shack (Oban)

Hablar de “restaurante” es una hipérbole. Esto es un chiringuito, frente la bocana del puerto, con una mesa comunal en la que devorar marisco recién pescado desde primera hora de la mañana. Son imprescindibles las ostras y las langostas frente a la abigarrada oferta que se actualiza diariamente en una pizarra. Precios de risa y las mejores ostras que servidor haya probado jamás lo convierten en un imprescindible.

Cerramos así la ruta escocesa. Son todos los que están, pero no están todos los que son. De lo visitado, hemos dejado fuera algunas decepciones. Lo no visitado, iremos solucionándolo con el tiempo y posteriores viajes y esperamos seguir escribiendo sobre ello.