Florida Retiro
Modelos de éxito, no todo es alta gastronomía
Un espacio de ocio completo, con buena base alimenticia para reunirse con amigos o celebrar un cumpleaños y que los niños jueguen en El Retiro al abrigo del tráfico
Hay veces que uno tiene más ganas de salir con amigos, tomar algo relajado, tener una oferta múltiple, estar simplemente relajado en un espacio donde la gastronomía acompañe la conversación aunque no sea el centro de atención, todo ello sin dejar de tener presente la calidad de esta y la atracción de la oferta.
Cuando el grupo que se planteó la recuperación del histórico Florida Park para convertirlo en Florida Retiro, inmerso en ese grandioso pulmón con que cuenta Madrid que es el parque del Retiro, tuvo las cosas muy claras desde el principio. Tenía que estar liderado por un jefe de cocina capaz de hacer una propuesta atractiva, creativa, actual, múltiple y a precios si no populares, sí comedidos.
Y la selección dio como candidato con Joaquín Felipe (ex-Chaflán, ex hotel Urban y ex Aspen La Moraleja), un hombre bien curtido en los fogones, de altísima capacidad técnica, con altísimo dominio de determinados productos (un artista del atún como demostró a este gato en numerosas visitas al hotel Urban) y capaz de vigilar no uno, sino cinco frentes a la vez.
Porque cinco son las alternativas que encontrarán si se acercan a tomar algo alejados de ruidos en el monumental parque.
Hagamos un somero recorrido uno por uno de los espacios donde poder tomar algo y empezaremos por el más formal, El Pabellón.
Este es su restaurante más formal, donde podrán reservar su mesa y estar protegidos por un buen aire acondicionado. La carta es la más creativa, la más Joaquín en un restaurante formal al uso. Pasen por su barra a tomar una cerveza correctamente tirada o un vermú y siéntense en la mesa. De su oferta nos quedamos con el ceviche de ostras, bien resuelto y con la acidez necesaria, el tiradito de caballa con pico de gallo y torreznos, el carpaccio de foie sobre pan de especias y reducción de vermú como primeros que valen también para compartir.
Entre los principales nos gustó la tortilla glaseada con tuétano y boletus, son tentadores los arroces, pese a que están marcados y no hechos ex profeso. De estos nos quedamos con el de pollo coquelet y verduras, y buenos los ñoquis caseros de sobrasada con queso idiazabal y rúcola. Buenos pescados donde sobresalen las albóndigas de atún rojo (¡ahí está Joaquín!) o los cinco cortes de atún en un paso por un ronqueo. Y si optan por una propuesta más carnívora, nos quedamos con el pichón asado, la carrillera de ibérico con hueso o el costillar de cordero. Evitaría un tartar que personalmente nos gusta cortado a cuchillo y en corte generoso, no picado.
En general se ve buena mano y ganas, dentro de esa propuesta múltiple y con muchos campos que atender. Servicio agradable y profesional.
Pegado a este, al aire libre, con barra y mesas, sin reserva, está La Galería, una propuesta más informal, que invita al picoteo y a compartir de una forma más relajada. Una pena que aquí el servicio se vea más desbordado y los platos, vinos y cervezas lleguen con desorden y tras varias reclamaciones. Un salto en este sentido ayudaría mucho.
De la propuesta gastronómica nos quedamos con una buena gilda, de repetir; los nachos con guacamole, pico de gallo y chiles y una correcta ensaladilla. Hay una buena oferta de huevos ecológicos (frito en mollete con jamón, tortilla de alcachofas o de patata), amplia sección de fritos (croquetas, bravas picantes, alitas de pollo…) y tapas del mar (ostras, tartar de salmón, pulpo, causa limeña) y algún principal como la cazuela de pollo de corral al curry, la hamburguesa ‘de película’ o el hot dog.
Como ven, una propuesta de picoteo atractiva para ir en pareja o reunirse un buen grupo de amigos. Carta de vino más amplia en el restaurante, con algún champán atractivo de precio, sin ser el vino en ninguno de ellos algo por lo que hayan apostado profundamente. Cumple, que ya es bastante.
Complementan estos dos restaurantes una zona de autoservicio (usted elige un corte de carne, o de pescado, o una pasta, o unas verduras) y da las instrucciones de cómo desea que sean cocinados. Una oferta que no existe en Madrid (sí popular en Asia) y que es un buen complemento para cenar al aire libre.
Completa el total la sala de fiestas, con espectáculo en que el público tiene protagonismo y en donde se cena a la carta del restaurante, y una amplia terraza en el piso de arriba para la última copa en las noches de verano, con su oferta de picoteo si se desea cenar poco.
Como ven, un espacio de ocio completo, con buena base alimenticia para reunirse con amigos o celebrar un cumpleaños y que los niños jueguen el El Retiro al abrigo del tráfico.
Florida Retiro
Paseo República de Panamá, 1.
Madrid
Tfno: 918 27 52 75
https://www.floridaretiro.com/