Jaylu

Una joya en Triana

Sin duda, uno de los mejores restaurantes de Sevilla, pero por encima de todo, una barra indispensable

El barrio de Triana es uno de esos sitios donde el paseante se puede perder recorriendo sus calles, disfrutando de las vistas del Guadalquivir o curioseando por esos pequeños comercios de azulejos tan típicos de Sevilla. Pero, más allá de eso, Triana es el lugar ideal para irse de tapeo. Al cruzar el puente de Triana y llegar a la plaza del Altozano se encuentra el mercado de Triana y, a partir de aquí, uno se puede perder recorriendo bares y disfrutando del que, para este gato, es el mejor tapeo de Sevilla.

Claro que también se puede ir a tiro hecho y, ahorrándose el paseo, dirigirse directamente a Jaylu para encontrar el mejor producto en un local con un nivel muy alto de comodidad y servicio. El restaurante, indiscutiblemente, merece mucho la pena; pescados y mariscos de muy buen nivel y un comedor muy agradable justifican la visita, pero esa visita la dejaremos para otro día y hoy nos acodaremos en la barra para disfrutar del tapeo de mejor nivel que se puede encontrar.

La evolución de Jaylu va de la mano de la evolución de Enrique Caballero (actual propietario e hijo del fundador del mismo nombre); lo que hace cincuenta años era un bar de barrio se convierte en un auténtico templo de producto a base de constancia y aprendizaje. Producto proveniente en sus orígenes de un puesto del mercado del Arenal, luego de la pescadería Aparicio hasta llegar al día de hoy, en el que Enrique se desplaza a diario a Huelva a buscar los pescados y mariscos que se pueden degustar tanto en el restaurante como en la barra.

Pero vamos a dejar la historia y entremos en el local (también es buena opción su terraza cuando el tiempo acompaña). Nos recibe una barra tradicional, de madera brillante y con la medida correcta para que entren con comodidad las raciones, el pan, la mahonesa y las bebidas (debo reconocer que me ponen muy nervioso las barras estrechas donde parece que tienes que ganarte el sitio a codazos para tener algo de espacio).

Los jamones de 5J colgados ya les darán la pista de lo que pueden esperar: no se pueden ir sin probar el jamón y la caña de presa (la chacina les llegará perfectamente cortada, pero si no les parece así, no tienen más que decirlo y amablemente les cambiarán el plato por uno con un corte más tradicional). Mientras disfrutan del jamón, pueden ir ajustando los siguientes pasos con Enrique que se encargará de que el ritmo de aparición de las raciones sea perfecto para que cada plato llegue a su temperatura y sin esperas innecesarias.

Podemos seguir con algunas de las especialidades de la casa como la ensaladilla de centolla, magnífica en su sencillez, con unos choquitos de Trasmallo con su huevo de choco o, sin cambiar de producto, sus albondiguillas de choco en su tinta, pero si van animados, merece la pena echar una ojeada al marisco del día: las gambas (blancas y rojas) y las cigalas son de un nivel difícil de igualar, si están en temporada, los langostinos de Trasmallo son un imprescindible y, en general, todo lo que les ofrezcan cumplirá seguro con sus expectativas.

Al pedir, tengan presente que estamos en un lugar donde la fritura es impecable; aceite de calidad y ese arte especial que permite que los productos lleguen perfectos de punto y sin una gota de grasa. Esto nos lleva a seguir nuestro recorrido con unas frituras tradicionales como pueden ser unos boquerones, unos taquitos de cazón o unos calamares, pero aquí siempre hay que dejarse aconsejar. Si les ofrecen salmonetitos fritos, no lo duden y vayan a por ellos y, no pueden abandonar la barra sin probar las ‘romanitas’, colas de cigala cortadas en trozos, rebozadas y fritas.

Si a estas alturas siguen teniendo algo de hambre, unas almejas con un sencillo sofrito enriquecido con generoso son una buena opción, y si todavía quieren seguir la fiesta, pueden pasar al comedor a tomar alguno de los pescados asados que tengan ese día.

Bien sea en el restaurante o en la barra, deben dejar espacio para el milhojas o, sin son golosos, para un impecable tocinillo de cielo.

De beber, en esta barra siempre es un acierto manzanillas o finos, y si quieren ir un paso más allá, dispondrán de una carta muy amplia y con buenas referencias.

¿Barato? No; un producto de esa calidad y con esa frescura siempre tiene un precio elevado, pero realmente Jaylu es uno de esos lugares donde merece la pena hasta el último euro que se invierte.

Y dejamos el restaurante para otro día…

Jaylu
C/ López de Gomara, 19. Sevilla
Tfno: 954 339 476
https://www.restaurantejaylu.com/es/

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By | 2018-06-28T20:50:29+00:00 febrero 2, 2018|