Punto MX

Una evolución que funciona

Brillante madurez de un gran restaurante capaz de reinventar la cocina mexicana y llevarla hasta la alta cocina

No vamos a descubrir Punto MX a estas alturas; desde que abrió sus puertas hace más de cinco años, la cocina de Roberto Ruiz ha sido sobradamente reconocida por todos los que han pasado por esta casa como para intentar descubrir ahora sus virtudes, pero si no han ido en los últimos meses por allí, en su próxima visita volverán a redescubrir Punto MX.

La decisión de cambiar la carta por menús degustación puede parecer extraña en un restaurante mexicano, pero es que Punto MX se parece más a un restaurante de alta cocina que a un restaurante mexicano al uso. La elegancia de su cocina junto a un producto de primer nivel crean una oferta difícilmente igualable que se merece sobradamente la estrella concedida por la Guía Michelin o el Premio de Gastronomía de la Comunidad de Madrid al mejor restaurante de cocina extranjera obtenido el pasado año.

Desde su primer día, el proyecto de María Fernández, Roberto Ruiz y Martín Eccius llamó la atención de todos los aficionados a la gastronomía, y habría resultado sencillo para ellos el mantener una fórmula de éxito probado que cuenta con la aprobación de comensales de todo el mundo. Afortunadamente, han decidido seguir evolucionando hasta llegar a este punto en el que la oferta de Punto MX se ha pulido hasta alcanzar unos niveles especialmente reseñables.

No solo la comida, todo el entorno del restaurante está cuidado al máximo detalle con un servicio de sala impecable en su trato y perfectamente conocedor de cada uno de los platos que se explican a la perfección; por lo que se refiere a la bebida, siempre podrán encontrar algún vino interesante, pero a mí personalmente me convence más la compañía de generosos, cócteles y cervezas.

Pero vayamos por partes; hoy, más que hablar del restaurante, vamos a dar un repaso a su cocina que a este gato le ha resultado en su última visita una de las ofertas más personales y atractivas de Madrid.

Si son de buen comer, anímense y pidan el menú Cardenal (llamado así en honor a unos asiduos visitantes). Yo arrancaría con una mezcaliña para acompañar a los tres delicados bocados que componen los aperitivos (botanas): el maíz con salsa de esquites, el ceviche vegetariano de nopal y el salpicón de res son un buen principio para empezar a entender el tipo de cocina que nos espera: una impecable armonía entre la proteína animal y los productos vegetales (gran número de ellos cultivados en su propio huerto).

Seguimos con lo que se consideran los entrantes aunque alguno de ellos tiene entidad sobrada para ser considerado un plato principal. Un guacamole que va un paso más allá de lo habitual al acompañarlo con el marlín ahumado y un queso parmesano de 36 meses; un impecable aguachile verde de vieiras y brotes de verano y un pulpo en escabeche al que la cocina de Roberto Ruiz dota de una magnífica textura para acabar los entrantes con un carabinero, guajillo y cítricos que da paso a los platos principales.

A estas alturas, tengo que reconocer que ya estaba completamente convencido del acierto de la ‘evolución natural’ de Punto MX -y eso que todavía faltaba lo más potente del menú-.

Como primer principal, una quesadilla de flor de calabaza y huitlacoche que, sin duda, fue uno de los platos de la comida, un perfecto equilibrio de sabores que, ya me darán la razón, pide claramente una repetición; seguimos con un taco de cerdo ibérico con tomatillo verde orgánico donde el maíz azul nixtamalizado de la tortilla y el frescor del tomatillo verde proveniente de su propia huerta convierten al plato en algo especial; a continuación, otro de los platos de la comida: el lenguado zarandeado con cebollas encurtidas sobre una base de frijoles meneaos es una preparación soberbia que funciona extraordinariamente bien y que, probablemente, explica por sí solo la calidad de la cocina ofrecida en Punto MX .

Sigue un plato de rubia gallega con chile poblano, tomatillo verde y hoja santa tatemados que, estando bien, tiene el problema de encontrarse justo después del lenguado. Acabamos con el tuétano a la brasa, plato del que no puede prescindir el restaurante sin arriesgarse a una manifestación de los clientes; una tortilla de maíz azul, un poco de tuétano por encima, una cebolla encurtida, algo de chile y, si quieren, un chorrito de lima y tendrán el bocado perfecto (también pueden encontrar este plato en Salón Cascabel y en el Mezcal Lab).

Como final, un postre cítrico y otro de chocolate y maíz que sirven para cerrar una magnífica comida, pero no para acabar la experiencia porque no pueden levantarse de la mesa sin probar alguno de los mezcales o tequilas que componen la mejor oferta que pueden encontrar en España. Reconozco mi debilidad por el mezcal y aquí he podido degustar auténticas joyas acompañadas por una explicación que es todo un curso sobre la producción de esta bebida.

En resumen, aunque reconozco mi especial atracción por Punto MX, creo que, objetivamente, la evolución de carta a menús degustación ha sido un acierto y hoy por hoy es una de las propuestas más apetecibles de Madrid con un gran nivel en cocina y sala; además, siempre les quedarán Salón Cascabel y Mezcal Lab para seguir disponiendo de las recetas más tradicionales. 

Punto MX
General Pardiñas, 40B.
28001 Madrid

Tfno: 91 402 2226
https://puntomx.es/

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By | 2018-06-28T21:00:48+00:00 noviembre 3, 2017|